Lunes, 27 de abril:
Nos reunimos en el aeropuerto de Alvedro, en torno a las
13:15 horas, para facturar y pasar el control de
seguridad y el de pasaporte. Estábamos todos muy
nerviosos, sobre todo los que no habíamos viajado antes
en avión, que éramos la mayoría. El vuelo salió a las
15:30 horas, aproximadamente, fue bastante tranquilo y
de unas dos horas de duración, según lo esperado.
A la llegada a Londres, después de pasar los controles,
nos esperaba un autobús que nos llevaría al hotel. En el
recorrido ya pudimos ver algunas calles céntricas y nos
llamó especialmente la atención la cantidad de autobuses
rojos que se veían por toda la ciudad.
El hotel era enorme con patio interior, donde nos dejó
el autobús. Después de esperar el turno nos dieron las
llaves de las habitaciones, subimos a dejar las maletas
y bajamos a cenar.
21:00 horas: Cena.
23:00 horas: Vuelta al hotel. Martes, 28 de abril:
7:50 horas: Desayuno en el hotel.
9:00 horas: Recogida del autobús. Visita panorámica,
guiada, por la ciudad.
Fue un recorrido en autobús, al tiempo que la guía nos
explicaba aspectos interesantes de la arquitectura, la
historia, la sociedad londinense y otras curiosidades
que nos ayudaban a situarnos y a un mayor conocimiento
de la ciudad y de la cultura británica. Tanto el
recorrido como las explicaciones resultaron muy
entretenidas y muy útiles e incluyeron paradas en
diversas zonas emblemáticas para poder verlas más de
cerca. A las 12:15 horas, fin de la visita guiada en
Trafalgar Square.
12:30 horas: Visita a la National Gallery, gran
pinacoteca en el centro de Londres, con obras de grandes
pintores de renombre, entre los que figuran: Leonardo da
Vinci, Rafael, Botticelli, Tintoretto, Miguel Ángel,
Zurbarán, Jan Van Eyck, Rembrandt, Van Gogh, El Greco,
Velázquez… La magnitud de la National Gallery y la
cantidad de obras que alberga es tal que casi obliga a
escoger qué ver, ya que resulta difícil ver con detalle
todas las obras en una sola sesión.
Comida en Trafalgar Square.
Paseo hacia Buckingham Palace, St James’s Park, donde
disfrutamos de las ardillas y otros animales, en nuestro
recorrido hacia la Abadía de Westminster, el Parlamento
con el Big Ben; Puente de Westminster.
Subida al London Eye. Aunque algunos habían dudado entre
subirse o no, finalmente todos hemos quedado encantados
de haberlo hecho ya que las vistas son espectaculares.
Recorrido de vuelta, andando: 10 Dowing Street; zona de
Leicester Square y primeras compras en M&M’s World y los
primeros souvenirs en Piccadilly Circus.
Regreso andando al hotel, recorriendo diferentes calles.
21:00 horas. Cena en el restaurante próximo. Paseo hacia
el hotel y retirada en torno a las 23:00 h.
Miércoles, 29 de abril:
8:00 horas: Desayuno.
El tiempo (lluvia y viento, además de frío) nos obligó a
cambiar los planes.
9:00 horas: Salida del hotel. Compra de billetes metro.
Viaje en metro a South Kensington. Para muchos, la
primera vez que viajábamos en metro, lo cual era otra
nueva experiencia.
10:15 horas: Después de hacer algo de cola, entrada al
Museo de Historia Natural. Edificio bastante llamativo
por fuera, pero más en su interior, con salas muy
bonitas, sobre todo la primera, en la que los visitantes
son recibidos por el esqueleto de un enorme e
impresionante diplodocus. La sección de los dinosaurios,
la de los mamíferos, en la que destaca sobre los demás
una gran ballena azul a tamaño real… La sección de los
insectos, el viaje al centro de la Tierra… La simulación
de un terremoto… Todo… Todo resultó de lo más
interesante.
12:40 horas: Visita al Museo de Ciencia, próximo al de
Historia Natural. El edificio no es tan bonito ni tan
llamativo como el anterior, pero es también bastante
grande, con varias plantas de exposiciones dedicadas a
distintos temas. Pudimos ver desde pequeños inventos de
distintas épocas hasta otros objetos de mayor
envergadura: una máquina de vapor, coches, aviones y
exposiciones de medicina, de informática, matemáticas y
telecomunicaciones…
Comida zona Harrods.
Visita a Harrods. Aunque nos parecía todo bastante caro,
al final, casi todos salimos con alguna bolsa verde
portando algún regalo o algún recuerdo de Londres.
Cogimos un autobús que, bordeando Hyde Park, nos
aproximaría a Marble Arch. Para la mayoría de nosotros,
fue esta la primera vez en subirnos a un “double decker
bus”, lo que nos hacía bastante ilusión. Aprovechamos
para ver el Speaker’s Corner, al tiempo que se nos
acercaban las ardillas y nos hacíamos fotos con ellas.
Después de Marble Arch, Oxford Street, calle comercial
por excelencia, que recorrimos andando, en su totalidad,
lo que, de paso, aprovechamos para hacer más compras.
Vuelta al hotel, andando.
21:00 horas: Cena. Vuelta al hotel.
Jueves, 30 de abril:
Desayuno a las 8:30 h.
9:15 horas: Salida del hotel. En metro nos dirigimos a
la Catedral de S. Pablo, por tamaño, la segunda en
Europa, después de la Basílica de S. Pedro del Vaticano.
Visitamos el interior de la catedral, la cripta y
subimos a la cúpula (unos 530 peldaños), desde donde se
divisan unas vistas espectaculares. Toda la visita fue
de nuestro agrado y disfrutamos especialmente de las
vistas exteriores y de la galería de los susurros, donde
pudimos comprobar cómo un leve susurro cerca de la pared
puede oírse en toda la galería, a pesar de la distancia.
Después de visitar la Catedral, aprovechando que está
bastante próximo, nos acercamos y cruzamos el Millennium
Bridge, un puente peatonal, el más reciente sobre el
Támesis, del prestigioso arquitecto Norman Foster.
Visita a la Abadía de Westminster. El precio de la
entrada incluía audio-guía con la explicación de todo el
recorrido que íbamos haciendo. Aunque a algunos parece
haberles gustado más la Catedral de San Pablo, todos
coincidimos en que la Abadía es una construcción
impresionante, de visita obligada para todo el que vaya
a Londres.
Una vez fuera, aprovechamos de nuevo para disfrutar de
la zona y volver a hacernos fotos con el Parlamento y el
Big Ben al fondo.
Zona del City Hall, a donde llegamos en autobús, y
paseando llegamos y cruzamos el Tower Bridge, para
llegar a la Torre de Londres.
Covent Garden, lugar muy turístico, al que llegamos en
autobús. Nos encantó. Paseamos por los alrededores y
visitamos, además, Leicester Square, que también tiene
su encanto.
King’s Cross Station. Los que habíamos leído Harry
Potter o visto sus películas sabíamos muy bien qué
íbamos buscando: el “andén 9¾”… Y allí estaba el
letrero, con el carrito portaequipaje a medio cruzar el
muro para acceder a él. Y nos hicimos foto, ¡claro está!
¡La foto que inmortalizase el momento del hechizo que,
haciendo volar nuestra bufanda, nos permitía atravesar
el muro como si tal cosa…!
Estación de St. Pancras, que no tiene la magia de la
anterior, pero es un edificio precioso.
21:00 horas: Cena.
Vuelta al hotel y preparar maleta.
Viernes, 1 de mayo:
Desayuno a las 8:50 h.
10:00 horas: Visita Museo Británico. Dicen que es el
segundo museo más visitado del mundo y no nos sorprende,
pues hay muchas y grandes salas, con objetos de todos
los continentes. Aunque vimos también lo demás, nos
centramos, sobre todo, en las secciones de Egipto, Roma
y Grecia. ¡Impresionantes! A unos nos gusta más la
Historia y a otros menos, pero la visita al British
Museum nos ha parecido muy interesante a todos y la
consideramos una de las visitas obligadas en Londres.
A las 13:00 horas, comida
A las 14:00 horas, vuelta al hotel a recoger el
equipaje, para subir al autobús que nos llevaría a
Heathrow.
El vuelo salió de Londres con casi dos horas de retraso,
pero transcurrió muy tranquilo hasta el final y
aterrizamos en el aeropuerto de Alvedro en torno a las
21:40 horas, donde nos esperaban padres, hermanos,
abuelos, amigos… Nos alegrábamos mucho de verlos a
todos, y estábamos ansiosos por contarles muchas cosas,
pero nos daba cierta pena que se hubiese terminado ya el
viaje. Y es que, para nosotros había significado mucho…
“Se suele decir que ir a Disney es como meterse en un
cuento. Pues visitar Londres ha sido como haber formado
parte de una película. Me ha encantado y volvería un
millón de veces más” (Andrea Velo, participante en
el viaje)
Es una experiencia que quedará en nuestra memoria para
siempre.
Por ello, damos sinceramente las gracias a todos los que
han hecho posible que este sueño se haya hecho realidad.
A los profesores que tuvieron la idea; a la directora
por apoyar la iniciativa y brindarnos la oportunidad de
participar; a los que han organizado y planificado el
viaje; a los que nos acompañaron, responsabilizándose
del grupo; y, ¡cómo no!, a nuestros padres por el
esfuerzo económico que han hecho y por la confianza
depositada en nosotros al permitirnos y hasta animarnos
a participar. A todos los que han hecho posible este
viaje, esta experiencia maravillosa: ¡¡¡MUCHÍSIMAS
GRACIAS!!!